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jueves, 23 de octubre de 2014

Francisco I. Madero



Francisco Ignacio Madero nació en Coahuila el 30 de octubre de 1873. Hijo de Francisco Madero Hernández y Mercedes González. Estudió agricultura en Estados Unidos y administración en Francia..Desde 1905 fue opositor a la dictadura de Porfirio Díaz. En 1909 fundó el Partido Nacional Anti reeleccionista y lanzó su candidatura presidencial. En 1910, Porfirio Díaz lo mandó encarcelar, pero Madero logró escapar y lanzó el Plan de San Luis iniciando una "rebelión nacional". Poco después Porfirio Díaz renunció y huyó a Europa.

Francisco Madero tomó el poder y gobernó hasta febrero de 1913. En este periodo implantó el sufragio popular y prohibió la reelección presidencial. Pero los campesinos exigían reformas económicas, y se sublevaron con Emiliano Zapata y Pancho Villa. Mientras tanto los hacendados apoyaron a Victoriano Huerta, quien le dio un golpe de estado y ordenó su asesinato. Murió a balazos el 22 de febrero de 1913, en Ciudad de México.

Porfirio Díaz



José de la Cruz Porfirio Díaz Mori nacido en Oaxaca el 15 de septiembre de 1830. Hijo de José Faustino Díaz Orozco y María Petrona Mori Cortés. Su padre murió por cólera cuando él tenía 3 años de edad. Estudió durante cinco años en el Seminario oaxaqueño y en 1843 ingresó al Instituto de Ciencias y Artes a la carrera de Leyes. Trabajó como zapatero y carpintero, poco después llegó a trabajar en el instituto donde estudió derecho como bibliotecario.

En 1855 se produjo la revolución de Ayutla, en la que tomó las armas, uniéndose en la mixteca al general José María Herrera. Así inició su carrera militar, el 22 de diciembre de 1856 era capitán de infantería de la Guardia Nacional. Participó en tres guerras: la Guerra Mexicano-estadounidense (1846-1848); la guerra civil (1858-1860) entre liberales y conservadores, llamada Guerra de la Reforma, en la que apoyó la causa liberal de Benito Juárez y la guerra patriótica (1863-1867) contra Maximiliano I, archiduque de Austria y emperador de México. 

No alcanzó la presidencia de México frente a Juárez en 1867, ni tampoco en 1871. Después de cada derrota encabezó infructuosas rebeliones militares, mediante las que pretendía alcanzar el poder. En el año 1876 protagonizó una prolongada serie de acciones militares y derrocó al presidente Sebastián Lerdo de Tejada, asumiendo la presidencia de la República. Según la Constitución Mexicana, no podía permanecer en la presidencia durante dos mandatos consecutivos por lo que tuvo que renunciar en 1880 aunque continuó en el gobierno como secretario de Fomento. Fue reelegido en 1884 y consiguió la aprobación de una enmienda a la Constitución que permitía la sucesión de mandatos presidenciales, permaneciendo en el poder hasta 1911.

Durante su mandato, la economía de México se estabilizó y el país experimentó un desarrollo económico sin precedentes: se invirtió capital extranjero en la explotación de los recursos mineros del país; la industria minera, la textil y otras experimentaron una gran expansión; se construyeron vías férreas y líneas telegráficas; y el comercio exterior aumentó. Por otra parte, los inversores extranjeros agotaron gran parte de la riqueza del país, casi todos los antiguos terrenos comunales (ejidos) de los indígenas pasaron a manos de un pequeño grupo de terratenientes, y se extendió la pobreza y el analfabetismo. Las manifestaciones del descontento social fueron reprimidas duramente hasta que se produjo la Revolución de 1911, encabezada por Francisco I. Madero. Fue obligado a dimitir y a abandonar el país. 

El 2 de julio de 1915 a la edad de 84 años Porfirio Díaz falleció en París.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Objetivos del gobierno de Díaz

Pacificación


El primer objetivo de Porfirio Díaz era la pacificación del país, esta era necesaria para aumentar la economía. La población apoyaba este deseo, ya que estaba harta de la inestabilidad de los pasados años.

Díaz combatió los levantamientos colectivos y violentos contra su poder, durante el surgimiento de estas revueltas. "Vale más prevenir un desorden y cortar cualquier asonada que combatirla después que ha estallado" dijo Díaz .Una parte del ejército se ocupó de los indios, como los apaches y los yaquis; combatiéndolos con métodos bárbaros. Los bandoleros, el tercer grupo de enemigos de la estabilidad del pueblo, se aprovecho de la Ley contra Plagiarios y Ladrones y de la Ley Fuga. Con el mismo rigor se contuvieron los movimientos rebeldes en el campo, afirmando que se produjeran numerosas víctimas inocentes.

La pacificación costó mucho dinero y esfuerzo, pero al final se se logro.

 Progreso Económico


Porfirio Díaz realmente logró que se desarrollara la economía y la infraestructura. Por ejemplo extendió la red de ferrocarriles de unos 700 kilómetros al principio de su gobierno, a unos considerables 25.000 kilómetros en 1911. La red telegráfica creció con la misma velocidad de 9000 Km en el año 1877 a 40.000 Km diez años después. Se construyeron puertos en las costas para así comerciar con el mercado mundial y desatarse de la dependencia de América de Norte. La producción de plata se quintuplicó durante el Porfiriato, la industria textil, la metalurgia y la industria aumentaron la producción, las exportaciones subieron el triple y las importaciones unas seis veces.

Sin embargo, no se puede esconder que también había defectos en la economía. El crecimiento en la agricultura sólo suponía la mitad del crecimiento de la industria, así que México al final tuvo que importar productos alimenticios. En las ciudades no se logró absorber la mano de obra que huyó del campo en busca de trabajo. Y - quizás siendo el aspecto más importante - la dependencia del extranjero creció paulatinamente, porque el capital invertido en ramas como la minería, el petróleo y la industria pesada casi siempre era capital extranjero.
Las superficies cultivadas, que antes habían sido propiedad común de las comunidades  (es decir, los ejidos), también se vendieron al extranjero, así que la quinta parte del suelo se pertenecía a empresas extranjeras.

La economía verdaderamente floreció, pero se acentuó demasiado una política maquiavélica, sin tener en cuenta las desventajas que esta iba a traer.